miércoles, 28 de septiembre de 2011
Consagración a San Miguel
Consagración a San Miguel
Comparto con ustedes esta Consagración a San Miguel Arcángel.
Cuando una persona busca protección especial porque se encuentra sumida en una batalla espiritual luchando contra sus demonios por querer acercarse a Dios Padre, recurre a los Ángeles y a los Santos del Cielo para que intercedan por ella ya que sus fuerzas son muy superiores en poder a la de los demonios.
Es necesario recurrir directamente a Aquél que vence a los demonios de manera eficaz, Aquél que siempre está frente al Trono de Dios Padre intercediendo por los pecadores, Aquél que defendió la honra y Nombre de Nuestro Dios cuando los ángeles caídos se rebelaron por desobediencia a Su Mandato, Aquél que dio el grito de ¡QUIEN COMO DIOS! cuando Lucifer rebeló a la tercera parte de los ángeles contra Dios por soberbia: SAN MIGUEL ARCANGEL el PRINCIPE DE LA FIDELIDAD A DIOS.
Por mi propia experiencia, les digo que quien se acerca a San Miguel Arcángel en busca de ayuda, para vencer a sus demonios, no resultará decepcionado
Pidamos por esta Consagración a San Miguel Arcángel la derrota de los enemigos de Dios, nuestra victoria frente a nuestros demonios y llegar a ser parte de la Milicia Celestial para seguir luchando en el Cielo por el conocimiento de la Gloria del Nombre de Dios.
Oh nobilísimo Príncipe de los Ángeles, valeroso guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus rebeldes, amor y delicia de todos los Ángeles justos, mi queridísimo Arcángel San Miguel: deseando formar parte del número de tus devotos y siervos, hoy a tí me consagro, me ofrezco y me entrego. Coloco mi persona, mi trabajo, mi familia y todo lo que me pertenece bajo tu poderosísima protección. Es pequeño el ofrecimiento de mi servicio, siendo yo un miserable pecador, no obstante, tú generosamente, acepta mi consagración que hago de todo corazón. Acuérdate que de hoy en adelante estoy bajo tu amparo y debes asistirme durante toda mi vida. Procurarme el perdón para mis numerosos pecados, la gracia de amar a Dios de todo corazón, a mi querido Salvador Jesucristo, a mi dulce Madre Santísima y a todos mis hermanos, amados por el Padre Celestial y redimidos por Jesús. Obtenme los auxilios que me hacen falta para alcanzar la corona de la eterna gloria. Defiéndeme de los enemigos del alma, especialmente en la hora de la muerte. Oh Príncipe gloriosísimo, ven a asistirme en la última lucha, arroja lejos de mí y precipita en los abismos del infierno al ángel soberbio y prevaricador que un día postraste en combate en el Cielo .En esa hora, San Miguel Arcángel, condúceme ante el trono de Dios para cantar contigo y con todos los Ángeles la alabanza, honor y gloria a Dios que reina por todos los siglos. Amén. Quién como Dios? Nadie como Dios.
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