sábado, 27 de febrero de 2010
Coronilla a San Miguel Arcángel
CORONILLA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
La coronilla de San Miguel, es una devoción que ayuda a liberar tu alma del maligno, y concede al devoto la gracia de su intercesión, con 4 salutaciones al Arcángel Miguel, Arcángel Gabriel, Arcángel Rafael y al Angel Custodio, posteriormente, se realizan 9 salutaciones a los coros celestiales:
Serafines
Querubines
Tronos
Dominaciones
Potestades
Principados
Virtudes
Arcángeles
Angeles
Como colofón hay oraciones para concluir con el rezo.
Esta piadosa práctica y devoción fué revelada a un alma privilegiada, la Sierva de Dios Antonia de Astónac o de Astobaco en Portugal en 1750.
Le dijo que quería ser venerado junto con los Arcángeles Gabriel y Rafael, así como al Angel Custodio y con nueve salutaciones correspondientes a los 9 coros angélicos. Cada invocación sera acompañada por un Padre Nuestro y 3 Ave María en honor de cada coro.
Las promesas de San Miguel a Antonio de Astónac son las siguientes:
A quien rece antes de la Santa Comunión la Corona Angélica obtendrá que Dios le asigne un Angel de cada uno de los nueve coros, que acompaña al devoto en la Santa Comunión.
Continúa su asistencia y la de los Ángeles en todo el tiempo de la vida de sus devotos.
Después de la muerte obtendrá la liberación de su alma del Purgatorio si se esfuerza por vivir en Gracia de Dios y como un buen Cristiano.
Estas promesas tienen el valor de la revelación privada y están contenidas en la vida de la santa, tercer capítulo página 74.
La validez de estas promesas después de centenares de años se ve confirmada por un Alma Santa del Purgatorio, como se lee en el libro "Manuscrito del Purgatorio".
A la pregunta de Sor María de la Cruz:
"Las promesas hechas a aquellas que rezan la Corona de San Miguel ¿son verdaderas?.
El alma Santa respondió: Las promesas son reales: solamente no conviene creer que las personas que la recen mecánicamente y sin darse cuenta de su perfección, sean liberadas inmediatamente del Purgatorio. Sería falso. San Miguel cumple todo lo que promete, pero no lleva pronto del lugar de expiación a aquellas que deben cumplir la pena de un largo purgatorio.
Cierto es que el recuerdo de su devoción al Santo Arcángel abrevia sus penas: pero en cuanto quew sean puestas en plena libertad esto no es así. Yo que le rezaba, puedo servir de ejemplo. La liberación inmediata tiene lugar solo para las personas que han trabajado con valentía en la perfección y que tienen que reparar poco en el purgatorio"
Se comienza la Corona rezando en la medalla, la siguiente invocación:
En el Nombre del Padre....
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, etc.
I. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas y así recibir dignamente en nuestros corazones, el fuego de la Caridad Perfecta. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
II. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado, y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
III. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
IV. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
V. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VI. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal y no nos deje caer en la tentación. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VIII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras, y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
IX. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal, y nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro
O Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes, fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino,...Sois nuestro admirable Guía y Conductor.
Vos brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección para que seamos mas y mas fieles al servicio de Dios todos los días de nuestra vida.
V. Rogad por nosotros, O Glorioso San Miguel,
Príncipe de la Iglesia de Jesucristo....
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor.
Oración
Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En vuestra maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de Vuestra Iglesia.
Humildemente os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Cerca del año 490, un señor de Gargano estaba buscando uno de sus mas preciados toros. Cuando pensaba que estaba definitivamente perdido, lo logró ver dentro de una cueva de rodillas. Como la cueva estaba muy alta, este hombre pensó que jamás el toro lograría salir de allí, y le disparó una flecha para sacarlo de su miseria. Pero la flecha, a medio camino, dio la vuelta, dirigiéndose de nuevo hacia el hombre.
Sorprendido, el hombre fue al obispo a relatar lo que le había sucedido. El obispo instituyó tres días de oración y ayuno afuera de la cueva para discernir si lo ocurrido era o no un incidente del cielo. Mientras oraban fuera de la cueva, San Miguel se le apareció al obispo y le dijo: "Yo soy el Arcángel San Miguel, y estoy siempre ante la presencia de Dios. Esta cueva es sagrada para mi; es de mi elección. No habrá mas derramamiento de sangre de los toros. Donde las rocas se abran de par en par, los pecados de los hombres serán perdonados. Lo que se pida aquí en oración será concedido. Por lo tanto, dediquen la gruta a culto cristiano".
Pero a pesar de esta manifestación el obispo dudaba. Mas tarde el pueblo de Gargano se veía amenazado por una invasión, y el Arcángel se le volvió a aparecer al obispo y le prometió victoria para el pueblo, si confiaban y tenían fe. Así fue. El obispo en gran angustia se veía dividido entre dudas y la petición de San Miguel de construir la Iglesia en la gruta.
Un año mas tarde el obispo fue donde el Papa a pedir dirección. Este le envío junto con sacerdotes a estar tres días de oración y ayuno fuera de la cueva y pedir la asistencia del Arcángel para discernir la voluntad de Dios. San Miguel se le aparece de nuevo y ordenó al obispo entrar a la cueva: "No es necesario que me dediques esta Iglesia, yo mismo la he consagrado con mi presencia. Entra y bajo mi asistencia, ora y celebra el sacrificio de la Misa. Te enseñare como yo mismo he consagrado este lugar"
Al entrar, el obispo se encontró dentro un espléndido altar revestido de mantel rojo y una cruz de cristal. En la entrada había una huella de pie, confirmando la presencia del Arcángel.
San Miguel libera de la plaga
Otro incidente notorio ocurrió en el año 1656: toda el área estaba bajo el ataque de una plaga. Las víctimas eran muchas. El obispo de ese tiempo recurrió a San. Miguel y pidió tres días de oración y ayuno. San Miguel se le aparece en Sept. 25 1656: "Yo soy el Arcángel San. Miguel. Quien use las piedras de esta gruta será liberado de la plaga. Bendice estas piedras, grábales el signo de la cruz y mi nombre." El obispo así lo hizo, e inmediatamente ceso la plaga.
Muchos santos han visitado este lugar (San. Francisco, Beato Padre Pío, San Antonio, San Agustín)
En mayo 24, 1987 SS Juan Pablo II visito esta cueva, rezó la oración compuesta por León XIII y dijo: "he venido a venerar e invocar la protección del Arcángel San Miguel y pedirle que defiende a la Santa Madre Iglesia... La batalla contra el demonio, por lo cual el se distingue, es real aun hoy, ya que el demonio esta vivo todavía y muy activo en el mundo moderno"
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Hay que rezar, es una obligación, y la coronilla a San Miguel Arcángel me parece una devoción sencilla y fácil de realizar, que para muchas personas no significaría una gran dificultad practicarla.
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