sábado, 27 de febrero de 2010

Coronilla a San Miguel Arcángel


CORONILLA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

La coronilla de San Miguel, es una devoción que ayuda a liberar tu alma del maligno, y concede al devoto la gracia de su intercesión, con 4 salutaciones al Arcángel Miguel, Arcángel Gabriel, Arcángel Rafael y al Angel Custodio, posteriormente, se realizan 9 salutaciones a los coros celestiales:


Serafines
Querubines
Tronos
Dominaciones
Potestades
Principados
Virtudes
Arcángeles
Angeles
Como colofón hay oraciones para concluir con el rezo.


Esta piadosa práctica y devoción fué revelada a un alma privilegiada, la Sierva de Dios Antonia de Astónac o de Astobaco en Portugal en 1750.
Le dijo que quería ser venerado junto con los Arcángeles Gabriel y Rafael, así como al Angel Custodio y con nueve salutaciones correspondientes a los 9 coros angélicos. Cada invocación sera acompañada por un Padre Nuestro y 3 Ave María en honor de cada coro.


Las promesas de San Miguel a Antonio de Astónac son las siguientes:
A quien rece antes de la Santa Comunión la Corona Angélica obtendrá que Dios le asigne un Angel de cada uno de los nueve coros, que acompaña al devoto en la Santa Comunión.
Continúa su asistencia y la de los Ángeles en todo el tiempo de la vida de sus devotos.
Después de la muerte obtendrá la liberación de su alma del Purgatorio si se esfuerza por vivir en Gracia de Dios y como un buen Cristiano.
Estas promesas tienen el valor de la revelación privada y están contenidas en la vida de la santa, tercer capítulo página 74.


La validez de estas promesas después de centenares de años se ve confirmada por un Alma Santa del Purgatorio, como se lee en el libro "Manuscrito del Purgatorio".


A la pregunta de Sor María de la Cruz:
"Las promesas hechas a aquellas que rezan la Corona de San Miguel ¿son verdaderas?.


El alma Santa respondió: Las promesas son reales: solamente no conviene creer que las personas que la recen mecánicamente y sin darse cuenta de su perfección, sean liberadas inmediatamente del Purgatorio. Sería falso. San Miguel cumple todo lo que promete, pero no lleva pronto del lugar de expiación a aquellas que deben cumplir la pena de un largo purgatorio.


Cierto es que el recuerdo de su devoción al Santo Arcángel abrevia sus penas: pero en cuanto quew sean puestas en plena libertad esto no es así. Yo que le rezaba, puedo servir de ejemplo. La liberación inmediata tiene lugar solo para las personas que han trabajado con valentía en la perfección y que tienen que reparar poco en el purgatorio"

Se comienza la Corona rezando en la medalla, la siguiente invocación:

En el Nombre del Padre....

Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, etc.

I. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas y así recibir dignamente en nuestros corazones, el fuego de la Caridad Perfecta. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

II. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado, y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

III. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

IV. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

V. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

VI. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal y no nos deje caer en la tentación. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

VII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

VIII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras, y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.



IX. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal, y nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías

Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:

*En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro

O Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes, fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino,...Sois nuestro admirable Guía y Conductor.

Vos brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección para que seamos mas y mas fieles al servicio de Dios todos los días de nuestra vida.

V. Rogad por nosotros, O Glorioso San Miguel,
Príncipe de la Iglesia de Jesucristo....

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor.

Oración

Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En vuestra maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de Vuestra Iglesia.

Humildemente os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Cerca del año 490, un señor de Gargano estaba buscando uno de sus mas preciados toros. Cuando pensaba que estaba definitivamente perdido, lo logró ver dentro de una cueva de rodillas. Como la cueva estaba muy alta, este hombre pensó que jamás el toro lograría salir de allí, y le disparó una flecha para sacarlo de su miseria. Pero la flecha, a medio camino, dio la vuelta, dirigiéndose de nuevo hacia el hombre.

Sorprendido, el hombre fue al obispo a relatar lo que le había sucedido. El obispo instituyó tres días de oración y ayuno afuera de la cueva para discernir si lo ocurrido era o no un incidente del cielo. Mientras oraban fuera de la cueva, San Miguel se le apareció al obispo y le dijo: "Yo soy el Arcángel San Miguel, y estoy siempre ante la presencia de Dios. Esta cueva es sagrada para mi; es de mi elección. No habrá mas derramamiento de sangre de los toros. Donde las rocas se abran de par en par, los pecados de los hombres serán perdonados. Lo que se pida aquí en oración será concedido. Por lo tanto, dediquen la gruta a culto cristiano".

Pero a pesar de esta manifestación el obispo dudaba. Mas tarde el pueblo de Gargano se veía amenazado por una invasión, y el Arcángel se le volvió a aparecer al obispo y le prometió victoria para el pueblo, si confiaban y tenían fe. Así fue. El obispo en gran angustia se veía dividido entre dudas y la petición de San Miguel de construir la Iglesia en la gruta.

Un año mas tarde el obispo fue donde el Papa a pedir dirección. Este le envío junto con sacerdotes a estar tres días de oración y ayuno fuera de la cueva y pedir la asistencia del Arcángel para discernir la voluntad de Dios. San Miguel se le aparece de nuevo y ordenó al obispo entrar a la cueva: "No es necesario que me dediques esta Iglesia, yo mismo la he consagrado con mi presencia. Entra y bajo mi asistencia, ora y celebra el sacrificio de la Misa. Te enseñare como yo mismo he consagrado este lugar"

Al entrar, el obispo se encontró dentro un espléndido altar revestido de mantel rojo y una cruz de cristal. En la entrada había una huella de pie, confirmando la presencia del Arcángel.

San Miguel libera de la plaga

Otro incidente notorio ocurrió en el año 1656: toda el área estaba bajo el ataque de una plaga. Las víctimas eran muchas. El obispo de ese tiempo recurrió a San. Miguel y pidió tres días de oración y ayuno. San Miguel se le aparece en Sept. 25 1656: "Yo soy el Arcángel San. Miguel. Quien use las piedras de esta gruta será liberado de la plaga. Bendice estas piedras, grábales el signo de la cruz y mi nombre." El obispo así lo hizo, e inmediatamente ceso la plaga.

Muchos santos han visitado este lugar (San. Francisco, Beato Padre Pío, San Antonio, San Agustín)

En mayo 24, 1987 SS Juan Pablo II visito esta cueva, rezó la oración compuesta por León XIII y dijo: "he venido a venerar e invocar la protección del Arcángel San Miguel y pedirle que defiende a la Santa Madre Iglesia... La batalla contra el demonio, por lo cual el se distingue, es real aun hoy, ya que el demonio esta vivo todavía y muy activo en el mundo moderno"

San Miguel Arcángel

Poderoso Príncipe de la Milicia Celestial San Miguel Arcángel, intercede por la causa de la Restauración Católica, por la purificacion de la Santa Madre Iglesia, por nuestro amado Pontífice Benedicto XVI para que tenga una larga vida y logre restablecer el orden dentro de nuestra Santa Iglesia. !Viva Cristo Rey!Viva San Miguel Arcángel! !Viva la Santa Madre Iglesia! Larga vida a Benedicto XVI.

La Fidelidad de San Miguel para con Dios:

El mismo nombre de Miguel, nos invita a darle honor, ya que es un clamor de entusiasmo y fidelidad. Significa "Quién como Dios".

Satanás tiembla al escuchar su nombre, ya que le recuerda el grito de noble protesta que este arcángel manifestó cuando se rebelaron los ángeles. San Miguel manifestó su fortaleza y poder cuando peleó la gran batalla en el cielo. Por su celo y fidelidad para con Dios gran parte de la corte celestial se mantuvo en fidelidad y obediencia. Su fortaleza inspiró valentía en los demás ángeles quienes se unieron a su grito de nobleza: "¡¿Quién como Dios?!." Desde ese momento se le conoce como el capitán de la milicia de Dios, el primer príncipe de la ciudad santa a quien los demás ángeles obedecen.

San Miguel en las Sagradas Escrituras

En el Antiguo Testamento
San Miguel aparece como el guardián de la nación hebrea.

En el libro de Daniel, Dios envía a San Miguel para asegurarle a Daniel su protección.

"Y ahora volveré a luchar con el príncipe de Persia...Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro príncipe, mi apoyo para darme ayuda y sostenerme." -Daniel 10:13.

"En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo" -Daniel 12:1

El pueblo del profeta eran los judíos. Por lo tanto, es aceptado que el ángel que el Señor había asignado a los Israelitas en los días de Moisés, para guiarles a través del desierto y llevarlos por las naciones idólatras que destruiría por medio de ellos, es el mismo San Miguel.

En el libro del Exodo el Señor dijo a los Israelitas:

He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. Pórtate bien en su presencia y escucha su voz: no le seas rebelde, que no perdonara vuestras transgresiones, pues en el esta mi Nombre. si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. Mi ángel caminara delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminaré. No te postrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitaras su conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas. Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios". -Ex 23:20.

Después de la muerte de Moisés, según la tradición judía (referida en Judas 9) San Miguel altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés. En obediencia al mandato de Dios, San. Miguel escondió la tumba de Moisés, ya que la gente y también Satanás querían exponerla para llevar a los Israelitas al pecado de idolatría.

San Miguel recibió de Dios el encargo de llevar a término sus designios de misericordia y justicia para su pueblo escogido. Vemos como Judas Macabeos antes de iniciar cualquier batalla en defensa de la ley y del Templo clamaba la ayuda de San Miguel y le confiaban su defensa:

En cuanto los hombres de Macabeos supieron que Lisias estaba sitiando las fortalezas, comenzaron a implorar al Señor con gemidos y lagrimas, junto con la multitud, que enviase un ángel bueno para salvar a Israel.... Cuando estaban cerca de Jerusalén apareció poniéndose al frente de ellos un jinete vestido de blanco, blandiendo armas de oro. Todos a una bendijeron entonces a Dios misericordioso y sintieron enardecerse sus ánimos -2 Mac 11:6

Tu, soberano, enviaste tu ángel a Exequías, rey de Juda, que dio muerte a cerca de ciento ochenta y cinco mil hombres del ejercito de Senaquerib. Ahora también, Señor de los cielos, envía un ángel bueno delante de nosotros para infundir el temor y el espanto. ¡Que el poder de tu brazo hiera a los que han venido blasfemando a atacar a tu pueblo santo! -2 Mac 15:22.

En la actualidad, los judíos invocan al Arcángel Miguel como el principal defensor de la sinagoga y como protector contra sus enemigos. En la fiesta de la expiación concluyen sus oraciones diciendo: "Miguel, príncipe de misericordia, ora por Israel".

En la Nueva Alianza
La posición de San Miguel es también muy importante en el N.T. donde continúa su poderosa defensa. Con sus ángeles, el libra la batalla victoriosa contra Satanás y los ángeles rebeldes, los cuales son arrojados del infierno. Es por eso venerado como guardián de la Iglesia.

"Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el dragón y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron y no hubo ya en cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero" -Apocalipsis 12,7-9

La carta de Judas se refiere a San Miguel en batalla contra Satanás.

El honor y la veneración a San Miguel, como testifican los padres de la Iglesia, ha sido parte esencial de la vida de la Iglesia desde sus inicios. Se le han atribuido un sin numero de beneficios espirituales y temporales. El emperador Constantino, atribuyó a este arcángel, las victorias sobre sus enemigos y por ello le construyo cerca de Constantinopla una magnifica iglesia en su honor. Esta se convirtió en lugar de peregrinación y muchos enfermos recibieron sanación gracias a la intercesión de San Miguel.

San Miguel y la Eucaristía

Se nos enseña en la Tradición que San Miguel preside el culto de adoración que se rinde al Altísimo y ofrece a Dios las oraciones de los fieles simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar. La liturgia nos presenta a San Miguel como el que lleva el incienso y esta de pie ante el altar como nuestro intercesor y el portador de las oraciones de la Iglesia ante el Trono de Dios. En el Canon #1 de la Misa: "que tu ángel presente ante Ti las oraciones de tu Iglesia"

Es muy interesante notar en las apariciones marianas que han incluido manifestaciones de San Miguel, que su relación con la Eucaristía, y a la adoración debida a Jesús Eucarístico y a la Santísima Trinidad:

Fátima: En 1916 se les aparece el ángel por primera vez. Se arrodilla en tierra inclina la frente hasta el suelo y pidió que oraran con el: "Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman".

Segunda aparición: "¡Rezad, rezad mucho. Los corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!"

Tercera aparición: Se aparece con un cáliz en sus manos sobre el cual esta suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al cáliz. Dejando el cáliz y la hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces: "Santísima Trinidad, Padre , Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores".

Después se levantó y dio la Hostia a Lucia, y el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo: "Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.

San Miguel, defensor de los moribundos:

San Miguel continua su ministerio angélico en relación a los hombres hasta que nos lleva a través de las puertas celestiales. No solo durante la vida terrenal, San Miguel defiende y protege nuestras almas, el nos asiste de manera especial a la hora de la muerte ya que su oficio es recibir las almas de los elegidos al momento de separarse de su cuerpo.

En la liturgia la Iglesia nos enseña que este arcángel esta puesto para custodiar el paraíso y llevar a el a aquellos que podrán ser recibidos ahí. A la hora de la muerte, se libra una gran batalla, ya que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en tentación, o desesperación, o en falta de reconciliación con Dios. Por eso es que en estos momentos se libra una gran batalla espiritual por nuestras almas. San Miguel, esta al lado del moribundo defendiéndole de las asechanzas del enemigo.

Anécdota: San Anselmo cuenta de un religioso piadoso que a punto de morir recibía grandes asaltos de demonio. El demonio se le apareció acusándole de todos los pecados que había cometido antes de su bautismo (tardío). San Miguel se aparece y le responde que todos esos pecados quedaron borrados con el Bautismo. Entonces Satanás le acusa de los pecados cometidos después del Bautismo. San Miguel le contesta que estos fueron perdonados en la confesión general que hizo antes de profesar. Satanás, entonces, le acusa de las ofensas y negligencias de su vida religiosa. San Miguel declara que esos han sido perdonados por sus confesiones y por todos los buenos actos que hizo durante su vida religiosa, en especial la obediencia a su superior, y que lo que le quedaba por expiar lo había hecho a través del sufrimiento de su enfermedad vividos con resignación y paz.

En los escritos de San Alfonso de Ligorio encontramos: "Había un hombre polaco de la nobleza que había vivido muchos años en pecado mortal y lejos de la vida de Dios. Se encontraba moribundo y estaba lleno de terror, torturado por los remordimientos, lleno de desesperación. Este hombre había sido devoto de San Miguel Arcángel y Dios en su misericordia permitió que este arcángel se le apareciera. San Miguel le alentó al arrepentimiento, diciéndole que había orado por el y le había obtenido mas tiempo de vida para que lograra la salvación. Al poco rato, llegan a la casa de este hombre 2 sacerdotes dominicos, que dijeron se les había aparecido un extraño joven pidiéndoles que fueran a ver a este hombre moribundo. El hombre se confesó con lágrimas de arrepentimiento, recibió la Santa Comunión y en brazos de estos dos sacerdotes murió reconciliado con Dios.

viernes, 26 de febrero de 2010

Historia de San Miguel Arcángel



Al principio de los tiempos cuando no existía nada, todos los ángeles estaban reunidos en torno al Señor, esperando la señal que del El viniera para ir hacia los mundos y co-ayudar en la Creación, pero una disención entre los ángeles, desató la polémica primero y la guerra de los cielos después.
Sucedió que llegaba el instante de la creación del hombre. Hubo ángeles que querían al hombre perfecto, superior, a la misma altura de ellos, por eso no escatimarían esfuerzos en lograrlo y estaban dispuestos a hacer sus mejores obras. Otros ángeles en cambio, querían que el hombre y su conciencia fuera ascendiendo en el plano universal a través de escalas hasta llegar a Dios y su perfección, a través del trabajo diario y por los siglos de los siglos. Esto era para asegurarse que el hombre, a pesar de su lentitud en lograr la perfección, algún día llegaría a Dios totalmente conciente y con sus capacidades acrecentadas.
Este fue el motivo principal de la polémica. Unos querían que el hombre fuera perfecto desde el principio, y si se equivocaban destruirían la creación del mismo hasta lograr un ser superior, y los otros querían la vía de la ascención. Los ángeles que no estaban de acuerdo con tal de no movilizarse, en su negativa, decidieron continuar durmiendo en el seno de Dios, pero esto ya no era posible porque el universo comenzaba a expandirse irremediablemente.
De los ángeles rebeldes, hubo uno que logró ponerse a la cabeza de todos, su nombre era Shaitan, el adversario, el que desafió al resto de los ángeles y a Dios mismo. El pecado de este ángel fue el de la soberbia, porque dijo que él lograría hacer al hombre tan superior o más que a los mismos arcángeles. Este ángel expresó su entusiasmo con voz estruendosa diciendo: "¿Quien como yo?" a lo que el siguiente ángel en el orden jerárquico le respondió: ¡Quién como Dios!"
Miguel era el primer arcángel en la jerarquía de los cuatro, acompañado por Gabriel, Rafael y Uriel. Se encontraba a la cabeza de los cuatro puntos de luz por ser el que más cerca del centro del universo estaba. El dominio de Miguel era el fuego, el que fuera encendido por un ángel anterior de nombre Luzbel, solo que éste tenía la misión de encender la chispa primigenia en todos pero que no podía equilibrar sus fuerzas por tener la misión de encender al universo, no de mantenerlo. Mientras que Miguel conserva y cuida que el fuego del universo no se extinga, los demás ángeles protegen otros puntos en el divino universo. Por esto Miguel es de una jerarquía superior, pues por él el universo se mantiene encendido. Más tarde será el Hijo de Dios quien tendrá la misión de Cristalizar el brillo de Dios en todas partes.
El Arcángel Miguel enfrentó directamente a Shaitan y le respondió: ¿Qué has dicho? Te has olvidado del Creador, te has olvidado de Dios ¿Quien como Dios?. Con esas palabras demostró su fidelidad, olvidándose de sí mismo y asumiendo la responsabilidad como defensor de un mandato superior. A partir de ese momento se desató la guerra, pues todos los ángeles a las ordenes de Miguel avanzaron sobre los ángeles que habían simpatizado con Shaitan. Esta guerra duró miles de millones de años, hasta que las dos terceras partes de los ángeles lograron vencer a la tercera rebelde y desordenada que fue arrojada a los abismos, esto es, fuera del universo posible de conocer.

Fue en ese momento que la maldición se pronunció, pero esto no significa que alguien haya dicho algo, significa que en el universo se quebró la paz que existía hasta entonces, y lo que se creara ya no tendría jamás el acuerdo beneplácito de todos los ángeles, de toda la Creación del Señor. De allí hacia adelante en la evolución, los ángeles caídos o arrojados al abismo, han tratado de malograr toda creación sobre el hombre con el fin de demostrar que el hombre no sirve para nada, y sean reconocidos, estos ángeles como los que tenían razón. Por esto aquel ángel rebelde, que más tarde fue conocido como Satán, lleno de soberbia y desprecio, quiere destruir al ser humano, pues no es de su agrado y lo considera un ser totalmente inútil.

Como en toda guerra, también hay arrepentidos y esta no es una excepción. Hubo muchas de esas almas que llegaron a los mundos para trabajar y cumplir con el mandato de Dios ya que si no lo hacían eran inmediatamente separados y arrojados hacia planos que no se pueden conocer, llamados genéricamente abismos. Aún así, esas almas rebeldes desarrollan una conciencia orientada hacia fines no evolutivos terrenales, pues no creen en que la evolución pueda partir desde la tierra misma sino que piensan que lo mejor está en los cielos y a toda costa intentan llevarse almas para rearmar su grupo derrotado al comienzo, sea a costa del engaño o fomentando creencias que a la larga demuestran el error.

San Miguel es el príncipe de la milicia celeste, está vestido con ropas que recuerdan el rojo del fuego y el azul de la justicia, un cinturón de oro ciñe su cintura, significando el beneplácito y sostén que Dios le da. Porta en su mano derecha la espada de doble filo, la que separa lo verdadero de lo falso venciendo a los soberbios que disfrazan sus argumentos siempre en favor de razones egoístas.
En su mano izquierda lleva la balanza de los platillos dorados. Esto alude a la justicia divina que Dios le concedió por haber vencido y logrado la paz en el universo.
No es a los seres humanos a quienes les corresponde juzgar o maldecir a aquellos ángeles rebeldes, no están bajo la supervisión humana ni son sojuzgados por esta, sino que es a Dios a quien le corresponde ejercer su voluntad tanto sobre ellos como sobre cualquier mortal. La única defensa que tiene el ser humano es Dios y su escudo llamado Miguel.
Miguel es, en otra lectura la conciencia y la razón venciendo a las tinieblas, pues una vez que la mente humana lucha con sus miedos, enciende la verdad que puede mantenerse gracias a un constante equilibrio entre potentes fuerzas que toman formas diversas en los planos sutiles del espíritu. La razón es la primera llave que el ser humano tiene para abrir los canales del conocimiento, una vez que lo logra debe actualizar su saber dejando atrás antiguas creencias, tomando otras llaves nuevas que enriquezcan al espíritu. No están al alcance de quien no hace un esfuerzo para elevar su conciencia a planos más elevados donde reina el amor, pues conforma una realidad que está fuera de toda lógica conocida en el cotidiano mundo actual y no alcanzable por medio de ficticias razones, sino transitando el difícil camino de la verdad, la cual no siempre es la realidad que creemos percibir.

San Miguel Arcángel


Este blog está dedicado con todo mi amor, mi fe y mi corazón al Príncipe de la Milicia Celestial Señor San Miguel Arcángel.

Comparto algunas oraciones, deseando que este Maravilloso Arcangel los cuide y acompañe siempre, como lo ha hecho conmigo.

Oración a San Miguel Arcángel
Se cuenta que el 13 de octubre de 1884 el papa León XIII, experimentó una visión en la cual vio a Satanás y a sus demonios desafiando a Dios, diciendo que podía destruir su Iglesia si quería; sin embargo el pontífice pensó que si el demonio no lograba su cometido, sufriría una derrota humillante. Vio entonces a Miguel aparecer y lanzar a Satanás y sus legiones en el abismo del Infierno. Después llamó a su Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y mandó que se mandara a todos los obispos del mundo, indicando que tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que había escrito.
Esta oración es:

"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y las acechanzas
del demonio.
Que Dios le reprima, es nuestra humilde súplica;
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
con la fuerza que Dios te ha dado, arroja al infierno
a Satanás y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo
para la perdición de las almas. Amén."

Después del Concilio Vaticano II, el mandato de recitar esta oración al finalizar la misa fue revocado pero se puede continuar con esta práctica a manera de devoción. De acuerdo a la tradición católica, la Coronilla a San Miguel Arcángel ofrece grandes bendiciones a quien la rece, incluyendo la liberación del purgatorio de la persona que reza, de sus familiares y seres queridos.